David tiene 45 días para encontrar a una pareja antes de que lo conviertan en una langosta. El griego Yorgos Lanthimos nos presenta en su última película una realidad aséptica, afectada y antinatural, y nos invita a reconocernos en ella.
The Lobster habla de los grandes temas; las relaciones humanas, la soledad, la amistad y el amor, y se pregunta una y otra vez ¿qué significa querer a alguien? La película deja en evidencia las incoherencias y las convenciones sociales desde su humor irónico, ese que nos genera una especie de risa angustiada. Solo basta ver el desarrollo de la relación de David con la primera mujer desalmada que conoce en el hotel, o el momento en que una chica le lee una carta de despedida a su mejor amiga que está por ser transformada en un pony (porque cada huésped elige en qué animal quiere ser transformado en caso de que “le llegue la hora”). Tanto en esta como en sus anteriores películas –Alps (2011) o Dogtooth (2009)- Lanthimos parece plantear la misma pregunta, ¿por qué hacemos lo que hacemos?
El planteo es explícito y se suscita mediante metáforas que resultan obvias, pero no por ello menos efectivas. La cámara lenta, las piezas de Beethoven y Shostakovich, dejan en evidencia que estamos frente a una representación. Es en esas escenas donde uno se acuerda que está frente a una ficción y desde las que se construye el constante paralelismo: la sociedad occidental es como una gran representación teatral, y The Lobster es solo uno más de sus actos.
Lo mismo sucede con la forma en que hablan los personajes. La monotonía de su tono de voz trasluce que lo que se está diciendo surge a partir de un guion. Se presentan las relaciones interpersonales como construcciones sociales determinadas y calculadas de antemano. Y aquellas reglas que parecen descabelladas no son más que hipérboles de las normas que rigen nuestra vida cotidiana: los huéspedes del hotel tienen horas impuestas para bailar, si una pareja tiene un conflicto se les sugiere que adopten un niño, la actividad sexual de todos está totalmente controlada como si se tratara del nivel de azúcar en sangre.
Esto no es nuevo en la obra del director. En Dogtooth el padre de los tres hijos le pagaba a una mujer para que tenga sexo con el hijo mayor cada determinada cantidad de tiempo. En Alps la gimnasta le mostraba los senos a su entrenador para que no le contara el error que cometió el líder del grupo del cual forman parte. En The Lobster la mucama tiene relaciones con los huéspedes a modo de estimularles el ánimo. El sexo es siempre visto como un acto de practicidad en los personajes de Lanthimos.
Algo similar sucede con la forma en que las personas se emparejan. Para todos los huéspedes es imperiosa la necesidad de conseguir a alguien si no quieren ser transformados en animal. Las parejas son aprobadas o no por una suerte de comité del amor que basa sus veredictos en la compatibilidad de ambas partes. Así, en la desesperación, los personajes fingen tener las mismas características que otros para poder salir del hotel como humanos, y es por eso que David finge ser insensible y su compañero finge que le sangra la nariz, y lo mismo hace la chica que está en el hotel. El propio método, y no la naturaleza de las personas, es la que crea sujetos crueles y egoístas como nunca lo hubieran sospechado de sí mismos.
En The Lobster el amor no es por el amor per se; el amor es la excusa que persigue otros fines más prácticos. El amor es eso que se “sostiene” a fin de cuentas sobre ese imposible gigante que es la compatibilidad entre los seres humanos. Tanto en la película, como probablemente en la vida, abrazarse a una relación es un acto lleno de amor y de egoísmo. Tanto es así, tan delicado es todo el asunto, que el descubrimiento de la no compatibilidad entre dos personas hace que automáticamente el comité determine el fin de la relación. Si esto sucede entonces el individuo vuelve a empezar su búsqueda de un par hasta que, si tiene suerte, se le aparece otro símil y es feliz. O al menos más feliz que una langosta.
Nombre original: The Lobster| Dirección: Yorgos Lanthimos | Guión: Efthymis Filippou, Yorgos Lanthimos | Año: 2015 | Elenco: Colin Farrel, Ariane Labed, Lea Seydoux, Rachel Weisz.