El pasado jueves 28 de setiembre, mientras nos preparamos para la semana del Detour, charlamos con Tadeo Domínguez (19 años) e Ignacio Fierro (20 años), co-directores de Alberto y los Mapas (2023), cortometraje seleccionado en la categoría de Cortos Emergentes en la 11º edición del Festival de Cine Nuevo – DETOUR.
Su amor por el cine nació de manera muy distinta. Tadeo desde chico se familiarizó con las expresiones; incursionando en el dibujo y el diseño gráfico, lo que terminó por desembocarlo en el cine. Por su parte, Nacho, si bien siempre tuvo un gusto por el cine, terminó por enamorarse durante la pandemia cuando se acercó a las críticas cinematográficas. Tras darse cuenta que el cine era una carrera viable, ambos comenzaron a estudiar en la ECU (Escuela de Cine de Uruguay), donde se conocieron y empezaron a trabajar en conjunto.
¿Qué los llevó a trabajar juntos como directores?
Tadeo: Qué nos llevó a trabajar juntos fue algo que hablamos después de ya hacerlo. En clase éramos siempre los que teníamos la voluntad de ir para adelante, lo que nos motivaba. Era una suerte de ‘Si él está yendo entonces yo también’.
Ignacio: Pensábamos muy parecido y teníamos las ganas constantes de salir a grabar, eso fue lo que nos unió.
De este ímpetu permanente por grabar surge “Alberto y los Mapas”, un cortometraje adaptado de la obra literaria del escritor argentino Federico Rodríguez. La historia tiene como protagonista a Federico, un chico que se enfrenta a su primera cena con sus suegros.
¿Por qué apostaron por una adaptación?
I: Siendo un poco honesto, de mi parte estaba la inseguridad de escribir un guion. Utilizar un texto nos permitía partir de algo que sabíamos que funcionaba, partir de una ‘base sólida’ digamos.
T: Eso y que era la primera vez que co-dirigíamos un proyecto grande. Al tener la base pronta, el desafío estaba en lograr transmitir con el corto lo mismo que el texto nos generó a nosotros. Que la gente se ria.
Para llevar a cabo el cortometraje trabajaron con un grupo de jóvenes realizadores llamado Simbiosis del cual forman parte. No es la primera vez que realizan una producción, sino que cuentan con otras obras como Simbiosis (2022) y Ladridos Ausentes (2023), cortometraje también seleccionado para la categoría de Cortos Emergentes y dirigido por Jonathan Westerley.
¿Cómo surge esta unión de jóvenes realizadores?
I: Simbiosisnace a raíz de la producción del cortometraje “Simbiosis”. Lo hicimos para el desafío en una toma del DETOUR en 2022, bajo la consigna de terror. Nos conocimos todos estudiando en la ECU, pero surge por fuera.
Además de charlar sobre Alberto y los Mapas, también nos contaron un poco sobre dificultades que han tenido que atravesar en distintos rodajes. Recordando una anécdota en particular que sucedió mientras filmaban “Simbiosis”, donde tuvieron que improvisar para lograr un plano secuencia que terminaba dentro del agua.
I: Lo que más aprendimos es que una prueba no alcanza, a veces dos o tres tampoco. Es importante ir al rodaje sabiendo que por más que hayas probado todo, algo siempre va a salir mal y no vale la pena abrumarte por eso. Nosotros todavía estamos en el proceso de aprenderlo.
T: Empezar a entender esto nos dio otro temple en set, esta mentalidad de que ningún error es tan grave y todo se soluciona.
¿Creen que estos problemas tienen que ver con el hecho de todavía estar en una etapa estudiantil?
T: Sí. Ninguno todavía me hizo decir “dejo la carrera”, pero sí. El primer problema es la falta de acceso a recursos. Pero esto también es interesante, porque aprendes a manejarte sin ellos, aprendés a asumir que no vas a tener plata o ciertos equipos, y eso te da una mentalidad distinta para cuando sí los hay. Hoy entiendo que no pasa nada si no hay recursos, igual se puede hacer.
Uno de los problemas más comunes que atraviesan los realizadores estudiantiles es la dificultad para manejar y balancear los horarios de la carrera o estudios con los de rodaje. Por ello nos parecía importantes preguntarles sobre esto.
I: Yo no pude balancear el estudio con el trabajo, pero se debió a que me surgió una oportunidad laboral que no podía rechazar. Igualmente me gusta pensar que la carrera la deje en ‘stand-by’, porque la quiero retomar. Es lo que me gusta y no pienso dejar de estudiar a los 20 años.
T: A mí no me pasó a ese nivel, no tuve que dejar la carrera. Si es real que siempre hay cosas por fuera que me consumen muchísimo tiempo, pero es lo que me gusta. Hoy por ejemplo vengo de rodar veinte horas, ahora me voy para la ECU y después sigo. Pero de nuevo, es lo que me gusta así que lo vale.
Otro aspecto que destacaron es el trabajo en equipo y la importancia del grupo humano en los rodajes. Ellos destacan a Simbiosis como una ‘familia’ con la que saben que las cosas salen bien. Sin embargo, también destacaron otros aspectos que consideran fundamentales a la hora de llevar a cabo un proyecto:
I: La comunicación. Es lo que más hemos hablado con nuestro grupo. Si hay un conflicto es porque falta comunicación. Así como también saber respetar el rol del otro. Entender que cada quien está en un rol por algo y hay que escucharlo y respetarlo.
T: Es entender que todos estamos creciendo, hay que dejar construir al otro, pero también respetar las ideas de uno. Y la pre es fundamental. Un corto con una buena pre-producción es prácticamente imposible que salga mal.
Actualmente están trabajando en un cortometraje que nuevamente van a co-dirigir, proyecto de la ECU que pensaron en conjunto antes de que Ignacio tuviese que dejar la carrera, y tienen otro corto en postproducción llamado Patos.
T: Creo que lo más importante es dimensionar, para la gente que está arrancando, que somos también nosotros. Dimensionar dónde estamos, es algo que me repito todos los días. Entender que nada es tan grave y que las cosas eventualmente llegan. Es importante también saber que se está grabando, pero ponerse a grabar uno, no esperar a que lo llamen. Filmá, probá y no le tengas miedo a la cámara. Eso es clave. Siempre hablamos con Nacho que hay una cuestión de alejarse de la técnica por miedo, cero, son botones.
I: Nadie nació sabiendo, todos los días se aprende, y también (no se si voy a tirar un palito) al final del día hacemos cine porque es lo que amamos, pero, no estamos salvando a nadie. Cada persona tiene y merece su tiempo y respeto para aprender.