Brujas malvadas, zapatos mágicos, monos voladores y la amistad entre una niña de vestido a cuadrillé celeste, un espantapájaros, un hombre de hojalata y un león parlanchín. Si existe un cuento de hadas moderno ese es El mago de Oz. Esta historia fantástica lleva ya casi nueve décadas cautivando a toda generación que tiene acceso a ella. Fue inmortalizada en el cine en el año 1939 bajo la dirección de Victor Fleming (Lo que el viento se llevó) y contó con la presencia de la joven Judy Garland interpretando su identificativa canción Somewhere Over the Rainbow en el papel protagónico que la lanzaría al estrellato. Dicha película es, posiblemente, la representación más maravillosa, y que más hace justicia, de lo que supo ser la magia de Technicolor, pero la historia comienza mucho antes de este film.
Originariamente El mago de Oz fue un libro escrito por el estadounidense L. Frank Baum en el año 1900. La novela, además de haber sido la inspiración de innumerables adaptaciones y nuevas historias situadas en la extraordinaria tierra de Oz, es también el primer tomo de una saga de catorce libros que escribió Baum sobre sus personajes ozians (gentilicio de aquellos oriundos de las espléndidas llanuras de Oz). Lamentablemente Baum, quien falleció en 1919, no consiguió ver el impacto de su obra en el cine, ni tampoco el fanatismo increíble que despertaría en Estados Unidos, donde desde hace ya 85 años se encuentra impresa en el ADN de todos los norteamericanos. En la actualidad, íconos como unos zapatos rojos, una bruja de tez verde o un camino de baldosas amarillas son elementos que todos somos capaces de relacionar instantáneamente con la cinta.
Tanto el libro como la película siguen las aventuras de Dorothy, una niña cuya edad varía según un relato o el otro, teniendo 9 en el primer caso y alrededor de 12 en el segundo. La protagonista vive en Kansas, Estados Unidos, con su tía Em y su tío Henry. Su mejor amigo es su perrito Toto, quien la acompaña en todo momento. Una tarde un tornado azota la ciudad de la niña, y la casa de esta es transportada por el torbellino de aire a una localidad completamente diferente a aquella en la que transcurre su vida: la maravillosa tierra de Oz. Para representar el cambio de ubicación de un lugar a otro, en la película, se utilizó un filtro sepia para las escenas en Kansas y todo el encanto de Technicolor para las peripecias ozians. La utilización de colores vibrantes y hermosos en este nuevo poblado, que el espectador va descubriendo junto a la pequeña, sumerge a quien vea la película en una realidad de ensueño que contrasta con la chatura gris de Kansas, acentuando la magia de Oz.
En las andanzas de Dorothy por nuevos lares cultiva amistades con un espantapájaros, un hombre de hojalata y un león, estando los cuatro unidos por su deseo de ver al Mago de Oz para pedirle cada uno un deseo: la niña poder regresar a su hogar, el muñeco de paja un cerebro, el de metal un corazón, y el animal tener valor. La presencia de Dorothy en las tierras extraordinarias de Oz se encuentra marcada por unos zapatos bermellón, los chapines de rubí, los cuales deben su tonalidad al deseo de demostrar las inmensas posibilidades de color de Technicolor. Mientras que en su travesía la Bruja Buena del Norte, Glinda (Billie Burke), la ayuda indicándole que la única persona que puede devolverla a Kansas es el Mago, la Bruja Malvada del Oeste (Margaret Hamilton), con su piel verdosa y su escoba voladora, atormenta a la chiquilla porque ambiciona hacerse con los zapatos escarlata.
La historia que Baum escribió y que Fleming llevó a la pantalla grande ha despertado la creatividad en diversos autores y artistas. Si bien existen muchísimas versiones diferentes de la historia central, la de Dorothy, quizás una de las más destacadas además de la del 39 sea la adaptación de 1978 The Wiz, la cual fue protagonizada por Diana Ross y Michael Jackson, y musicalizada por el recientemente fallecido Quincy Jones. A su vez, múltiples programas infantiles han dedicado capítulos especiales donde los personajes se transformaron en aquellos que viven en Oz. Phineas y Ferb, Victorious y los famosos Muppets se han puesto vestidos a cuadrillé y pintura verde en el cuerpo para contar, en nuevas interpretaciones, esta mítica narración. Los diversos relatos que se han escrito en el país de Oz han dado lugar a nuevas historias también, siendo la más memorable Wicked.
Wicked: memorias de una bruja mala comenzó siendo un libro del estadounidense Gregory Maguire, publicado originalmente en el año 1995. El propósito de la novela, según ha explicado el autor en múltiples entrevistas, era analizar la raíz del mal en un sentido filosófico, y entre ensoñaciones le apareció que la figura adecuada para hacerlo era la Bruja Malvada del Oeste de la película de 1939, interpretada por Margaret Hamilton.
En la novela de Baum la aparición de la bruja es muy breve, mientras que en el film de MGM es un personaje crucial, caracterizado por su terror al agua, su piel verde, su vuelo en escoba y su sombrero puntiagudo. Maguire se desafía a explicar cómo la malvada bruja, que a partir de Wicked recibió un nombre, Elphaba (inspirado en las iniciales del autor del libro original, LFB), llegó a ser de la forma en la que es cuando la conocemos en la historia de Dorothy. ¿Las personas nacen malvadas o la maldad les es impuesta mediante las circunstancias que transitan en la vida? Esa es la pregunta que nos plantea la historia de la hechicera de piel esmeralda en una incitación a humanizar a una de las antagonistas más representativas del cine. Mientras que Fleming nos presenta una bruja marcada por la malicia, Maguire exhibe a este complejo personaje como mucho más humano y con muchísimas más aristas que en la versión original.
Ocho años después de la publicación del libro, en el 2003, se adaptó la historia a Broadway, bajo el mismo nombre. La obra, que cuenta con un libreto de Winnie Holzman y canciones de Stephen Schwartz, recibió en su año de estreno diez nominaciones, entre ellas mejor musical, a los premios Tony, máximo galardón dentro del teatro estadounidense, de los que se llevó tres. De allí surgieron las carreras de actrices como Idina Menzel y Kristin Chenoweth.
Este 21 de noviembre se renueva la magia de Wicked, y con ella la de El mago de Oz. Bajo la dirección de Jon M. Chu (Crazy Rich Asians, In The Heights) y los papeles protagónicos encarnados por las talentosísimas Cynthia Erivo y Ariana Grande, Wicked hace su debut en la pantalla grande en una adaptación del musical que promete ser la película más importante de este 2024.
La historia, al igual que en la obra de teatro, se encuentra fragmentada en dos partes, que en este caso en lugar de ser dos actos serán dos películas diferentes (con una segunda entrega planeada para noviembre de 2025). En esta primera entrega seguiremos la historia de Elphaba (Cynthia Erivo), quien nace en el País Munchkin, y cuya característica más distintiva es su llamativa piel verde. Con el paso de los años nuestra protagonista es admitida en la Universidad de Shiz, donde conoce a Galinda (Ariana Grande), una superficial y hermosa chica proveniente del país Gillikin. Las diversas aventuras que transitan juntas las unen y alejan, a la vez que las enfrentan a problemas éticos y políticos que son fácilmente extrapolables a la vida real. En el transcurso de la película el espectador puede aprender cómo el mundo de Oz que conocemos en la historia de Dorothy se fue conformando para dar lugar así a la historia de la niña y sus tres extravagantes amigos. La trama nos posiciona ante un análisis del bien y del mal, de la complejidad que guardan los conflictos morales y de cómo muchas veces es más fácil juzgar de antemano que preocuparse por comprender.
Elphaba, aunque no con ese nombre, y Galinda, bajo el nombre Glinda, son las únicas brujas restantes en el país de Oz cuando se da la llegada de Dorothy. Pero ¿Cómo alcanzaron ser, respectivamente, la Bruja Malvada del Oeste y la Bruja Buena del Norte? Wicked nos brinda las respuestas a todas las preguntas que nos despierta el largometraje de Fleming. Al verla no nos encontraremos con una bruja vieja en un castillo custodiado por monos voladores, ni con una de vestido rosado pomposo que baja en una burbuja a socorrer a una niña desorientada. La Elphaba y la Galinda que conoceremos serán las bases sobre las que luego se construirá el devenir de sus personajes. Desde preguntas inocentes como ¿De dónde proviene el camino de baldosas amarillas? ¿Cuál es el origen, y la importancia, de los zapatos mágicos? hasta interrogantes más serias, por ejemplo ¿Cómo llegó el mago al poder? ¿Supo alguna vez Oz lo que podría ser no vivir bajo las garras de un tirano? ¿Y si todo este tiempo la villana no fue la Bruja Malvada del Oeste, sino que alguien más? En contraposición a la historia de Dorothy, que es bastante infantil y risueña, Wicked se adentra en cuestiones mucho más escabrosas.
Para hacer la historia lo más verosímil posible, sin romper su mística, la mayoría de los sets de grabación fueron construidos, en lugar de usar CGI, para que el espectador pudiera mimetizarse de la forma más realista posible con los distintos escenarios del relato. Se ha hecho, para la creación de las diferentes escenografías, una actualización de los lugares de la película de 1939. La Ciudad Esmeralda, por ejemplo, que se encuentra presente en ambas películas, ya no está formada por edificios de formas tubulares, sino que ahora las edificaciones son ovaladas, hay edificios de piedras azules, y de alguna forma la ausencia de los colores de Technicolor ayuda a representar el tono más sombrío de las memorias de Elphaba.
Los homenajes a la matriz de esta historia son múltiples, por lo que se ha podido ver en los tráilers. Desde Ariana Grande sosteniendo unos zapatos color carmesí, tales como aquellos tan reconocibles que utilizó Garland hace 85 años, o la decisión de mantener la tez verdosa de nuestra bruja, son guiños a la película de Fleming. Originariamente en el libro de Baum ni los zapatos eran rojos ni la piel era colorida, de hecho el calzado era plateado y su villana no contaba con ninguna particularidad cutánea. Cuestiones de copyright no permiten que Erivo tenga la piel del mismo tono de verde que Hamilton, o que los zapatos, tan protagónicos en ambas historias, sean rojizos, pero la elección de mantener la particularidad de la tez de Elphaba y la aparición, como easter egg, de unos zapatos colorados, son abrazos a la primera versión cinematográfica que retrató el mundo de Oz que seguro ningún fan dejó pasar desapercibidos.
Mientras tanto, para apaciguar la espera de Wicked, resulta interesante adentrarse en los misterios ya planteados sobre Oz a través del contenido de The Oz Vlog, una tiktoker estadounidense. Su nombre real es Victoria Calamito y se identifica a sí misma como historiadora de Oz, además de coleccionista. La vasta bibliografía con la que cuenta el mundo creado por Baum ha llevado a que diversos adeptos a sus fantasías se dediquen al estudio y la reconstrucción de la historia de este sitio que es tan lejano como cautivador.
La maravillosa tierra de Oz nos abre sus puertas nuevamente y nos invita a viajar por el camino de baldosas amarillas, pero esta vez desde otra perspectiva, permitiéndonos replantearnos qué rol juega cada personaje en esta fabulosa y colorida realidad. El magnetismo de dicho sitio no está solo en las historias que transcurren en él, sino que también en los seres que lo habitan, así que qué mejor que redescubrir los secretos que estos entrañan.
Afortunadamente para todos los fanáticos, Oz es una fuente inagotable de fábulas y relatos, así que seguramente estaremos asistiendo otra vez, muy pronto, a su bosque encantado y su Ciudad Esmeralda.