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Especial de Jonas Mekas en MUBI
MUBI es una plataforma bellísima de streaming, con foco en cine independiente y “de autor”, que consiste en determinado número de películas al mes. Cada día se va una película y aparece otra. Tiene una programación general y ciclos especiales. Por ejemplo, hace varios meses ya, hay una especie de selección de películas curada por Nicolas Winding Refn (director de Drive y The Neon Demon) que se llama BYNWR. Ahora le tocó a Jonas Mekas con un ciclo titulado Jonas Mekas: Poesía de lo cotidiano. Ya está disponible para ver Guns of the trees (1961), una película más ficcionada y narrativa que sus próximos cine-diarios pero que no se sale del tono Mekas. Se va en 2 días. También está Reminiscences of a Journey to Lithuania (1972), Lost, Lost, Lost (1976) y estará Scenes from the life of Andy Warhol: Friendships and Intersections (1990), entre otras. Al igual que Netflix, MUBI es una plataforma paga. Pero si pagamos por tener algo con un ilimitado número de basura, ¿por qué no pagar por una selección de películas más cuidadosa y más difícil de encontrar? (AP)
Disponible en: MUBI
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Leaving Neverland (2019)
Leaving Neverland, el documental que narra los abusos a menores por parte de Michael Jackson, contados en primera persona por Wade Robson y James Safechuck, quienes eran niños de 7 y 10 años cuando el cantante los conoció y entabló relación con ellos, está en YouTube y quizá no por mucho tiempo [fue dado de bajo en las últimas horas]. En algún punto es imprescindible, pero se volvió un fenómeno. Todo lo que se cuenta al menos en las primeras dos horas (completo dura cuatro) es digno de una película de terror. Está el malvado, encubierto como un artista pop mundialmente famoso y reconocido, que tiene el rostro operado y parece una caricatura siniestra pero que, al mismo tiempo, es tremendamente simpático además de buen músico entonces nadie jamás pensaría mal de él. Es “el rey del pop”, pero tiene (o finge tener) el humor y el trato de un niño de nueve años. Y tiene una casa alejada de todo donde hay un lago, fuentes, juegos, animales y muchos pasillos y puertas que la vuelven laberíntica, dentro de la cual abusa de sus víctimas. Un lugar del que cualquier adulto razonable escaparía de inmediato y donde jamás dejaría a sus hijos. Pero algo no anda bien y todo lo malo que podía pasar pasó a la vista de mucha gente, del mundo entero. La sensación al ver Leaving Neverland es extraña. El entretenimiento y el morbo se cruzan de una forma perversa y quizás innecesaria. Y por más que está todo hecho con minuciosidad, detalle y seriedad, la música, los violines melosos, dejan en evidencia que se trata de un programa de televisión que alcanza a ser denuncia. Pero ya todo lo malo que podía pasar, pasó. Ahora HBO expone los testimonios abiertamente. Declaran las víctimas directas y entonces el mundo se cuestiona lo terrible que dejó que pasara frente a sus ojos. Pero aún no lo acepta. (AF)
Disponible en: HBO Go
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The Witches (1990)
Todavía perdura en mi imaginario la sensación ominosa que a los siete años me provocara esta hermosa y bizarra película del maestro Nicolás Roeg. Con su aire de fábula luminosa, logra captar esa sensación mágica de la percepción infantil e imprimirla en la película, dando vigencia permanente preguntas tan inocentes como “¿cómo se sentirá vivir el resto de la vida atrapado en un cuadro?”. Además del siniestro atractivo de las brujas y lo que sus encantos podrían hacer sobre nosotros (o nuestro imaginario), la película es graciosa, tierna, con un contenido espíritu de aventura y no teme retratar la crueldad con todas las letras. Tiene clarísimo que para sentir aquel temor mágico es preciso construir un punto de vista fuerte desde el niño y lo hace. Quizá es imperfecta o hasta fallida en su estructura, pero eso solo la embellece, dejando entrever sus hilos, las cosas espontáneas, sus trucos y las perlas gestuales que llenan de vida a toda película ¡Y además tiene una de las banda sonoras más lindas de la historia del cine! Padres, Madres: no hay mejor película en Netflix para ver con sus hijas o hijos. (JAB)
Disponible en: Netflix
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Lazzaro Felice (2018)
Alicia Rohrwacher genera un relato simpático sobre un chico italiano tan cándido como el personaje de Voltaire y con tantas idas y venidas como el Lazarillo de Tormes. Lazzaro Felice es una obra que nos muestra cómo la sociedad y nuestros alrededores tratan de corrompernos como personas. La historia se centra en Lazzaro, un niño que trabaja bajo un régimen esclavista para una productora agrícola que gobierna sus tierras como una señora feudal en la campiña italiana de los años 70. Los campesinos viven alejados de la realidad del país donde dichas “éticas” de trabajo ya no existen. Lo que comienza como un relato normal, obtiene su toque fantástico cuando Lazzaro sufre un accidente y despierta muchos años en el futuro sin haber envejecido para encontrarse con que todo lo que conocía ha desaparecido. La inocencia del personaje principal nos devuelve a viejas épocas donde todo era más simple. La película plantea la interrogante de cuándo dejamos de apreciar la bondad por la bondad misma para buscar el beneficio ante todo. Es una película humanista que critica la época en la que vivimos. (HC)
Disponible en: Netflix
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Children of Men (2006)
Antes de Netflix y las discusiones de sus efectos en la industria del cine, Alfonso Cuarón se había ganado a la crítica (no tanto así la taquilla) con Niños del hombre, su thriller distópico que transcurre en un 2027 donde el mundo entero padece de infertilidad y plagas, el Reino Unido una de las pocas naciones estables. Clive Owen interpreta a un burócrata entregado a la desesperanza que pronto se encuentra en las manos de una red clandestina dirigida por su ex esposa (Julianne Moore) para intentar escoltar a una refugiada embarazada. Con cinematografía de su colaborador de siempre, Emmanuel Lubezki, y un guión escrito por cinco personas basado en la novela de P. D. James, Niños del hombre fue el salto de carrera que presentó con suficiente evidencia la brillantez técnica que iba a poseer la narrativa de Cuarón más adelante. No es solo la forma en que drama y ciencia ficción coexisten seria y orgánicamente, o la relación simbiótica entre el virtuosismo de la cámara y la orquestación de los actores, sino también la asombrosa inmersión, casi de videojuego, que va alcanzado a medida que los personajes se adentran en el caos fuera de la capital británica; caer bajo su magistral hechizo es darse cuenta de repente que el protagonista está huyendo de un tanque de guerra en medio de un escaramuza urbana tras lo que fue una escalada sustancial pero indetectable de la tensión. Lleva al espectador de la mano y le quita la alfombra de los pies dándole materia y espacios para pensar. Es decir, tiene la visceralidad de las buenas películas de alto presupuesto con una sensibilidad de cine independiente. Lo mejor de dos mundos, con un Michael Caine indeleble. (FC)
Disponible en: Netflix