¡HUYE! (2017)

La piel que habito

El actor y comediante Jordan Peele, co-creador del show de Comedy Central Key & Peele en el que comparte crédito y cámara con su colega Keegan-Michael Key, ha incursionado en la dirección y de sus esfuerzos salió al mundo ¡Huye!, una sátira social vestida de terror psicológico. Y con algo de comedia, por supuesto.

Chris (Daniel Kaluuya) es un fotógrafo de 26 años invitado por su novia Rose (Allison Williams) a pasar el fin de semana en la casa de sus padres (Catherine Keener, Bradley Whitford). Si alguien se pierde el desafío racial y cultural que eso significa para un joven afroamericano, el prólogo de la película se encarga de establecer la geografía de los suburbios como un lugar siniestro, de calles oscuras y casas de clase media alta con interiores impenetrables. Chris sabe lo que le espera, aunque tiene la experiencia y la confianza para enfrentarlo. Después de todo, llevar la piel con la que nació trae consigo diversas formas de violencia racial, evocadas efectivamente a pocos minutos del comienzo cuando un policía los detiene en la carretera y solo le pide a él el carné de identificación, si bien era su novia la que manejaba. Rose le quita importancia al tema y asegura que sus padres no son racistas. El largo viaje hasta la hacienda urbanizada no carece de sus ominosas advertencias, y cuando Chris finalmente los conoce, el suspenso no decrece sino que cambia de tono. Ellos son amables pero un poco tensos; por su forma de ser parecen venir de otro país. El padre trata de quitarle incomodidad al diálogo al explicitar posibles connotaciones de la situación, lo que agrega más incomodidad (parte de la “ansiedad blanca”, según la llaman en Estados Unidos). Pronto Chris descubre algo que le quita el piso bajo sus pies: la familia Armitage tienen un jardinero y una sirvienta negros. Para completar el panorama, vecinos y conocidos de la familia, caricaturescos paladines de la blancura aburguesada, visitan la casa al día siguiente en ocasión de un festejo anual.

En una entrevista con Criterion Collection, una empresa norteamericana que participa de restauraciones cinematográficas y vende discos de películas relevantes con mucho material extra, Jordan Peele habló de su admiración por El bebé de Rosemary (1968), de Roman Polanski (el abuelo de Rose se llama Roman). La influencia en ¡Huye! es evidente: el personaje principal está atrapado en un mundo donde las personas conspiran contra él, cada individuo esconde un lado siniestro, se ven cosas extrañas, la gente se mueve en las tinieblas, el espacio domiciliario se siente como un panóptico con pasajes secretos (ventanas, cámaras, agujeros, ojos con una relevancia especial), hay aires de ritualismo y las paredes están saturadas de cuadros. La casa de los Armitage tiene una cantidad significativa de detalles que simbolizan la nueva condición de presa de Chris: muebles con adornos representando ciervos o leones, un cuadro en el cuarto de Rose con las palabras “Death Cheetah vs. Matter” (Chita Muerta vs. La Materia), un león de peluche que tiene Rose y una cabeza de ciervo colgada en una pared, sin contar los viajes exóticos que menciona el padre de Rose, que suenan más a safaris culturales que otra cosa (en El bebé de Rosemary, el exotismo turístico de los vecinos sirve para darle proporciones globales al culto demoníaco). Además, la canción de 1939 Run Rabbit Run (Corre conejo corre), del dúo inglés Flanagan and Allen, acompaña las imágenes más de una vez desde la radio de un auto.

Las tensiones raciales de Estados Unidos no necesitan introducción especial, sobre todo en los últimos años en los que han aparecido en Internet numerosos videos filmados donde se ven afroamericanos asesinados por policías. La problemática abarca mucho más que eso, sin duda, y a nosotros no nos faltan ejemplos locales. En la tierra de los cincuenta estados, la diferencia de consideraciones sobre la esclavitud fue el principal desencadenante de su icónica guerra civil (1861-1885), pero el hecho de que el norte ganara y los afroamericanos fueran declarados libres no hizo mucho para detener los crímenes brutales que siguen siendo parte de su historia social. La relación entre la discriminación y el entretenimiento no es menos complicada. La obra maestra de D. W. Griffith El nacimiento de una nación (1915) ha sido fuente eterna de controversia por su retrato de la raza negra y el Ku Klux Klan. El cine transforma sus sujetos, objetos y espacios en mitología, en componentes arquetípicos, y estos a su vez son propicios para ser utilizados de ejemplo en las discusiones culturales. El círculo se completa cuando la sociedad se ve influenciada por la absorción de estereotipos racistas que se perpetúan en el entretenimiento. ¡Huye! utiliza las cualidades del cine de género, como hizo John Sayles en El hermano de otro planeta (1984), para entrar en esta doble dinámica de inspirarse en la vida cotidiana y a la vez descomponer los tropos paradigmáticos, culturales y narrativos donde ser negro es definible y tiene cualidades esperables. Ideas compartidas por ciertas personas, como la de la superioridad física de la raza negra aludiendo indirectamente a una inteligencia menor, en la película de Jordan Peele forman parte de la consigna pesadillezca. La apropiación cultural pasa a ser biológica y el dicho de la película Bamboozled (2000) de Spike Lee, “todos quieren ser negros pero nadie quiere ser negro”, encuentra su terrorífica solución. Es que los discursos establecidos que promueven la cosificación, el odio y las fantasías trastornadas bien podrían pertenecer a historias de ciencia ficción.

El director, Jordan Peele

El director, Jordan Peele

Poco después de su estreno en Estados Unidos, la película recibió críticas bastante favorables, por lo que desentonó el comentario de Samuel L. Jackson, quien sin haberla visto cuestionó su elección de un actor británico para el papel principal. El actor de 68 años expresó que un intérprete autóctono sabría mejor lo que implica una relación interracial con personas de orígenes muy distintos y traería otras dimensiones al papel. Daniel Kaluuya, de numerosos créditos actorales como Black Mirror y Sicario, respondió al poco tiempo diciendo que él no es ningún extraño al racismo y que tenía suficiente de su experiencia personal para canalizar en el rol. La práctica hollywoodense de contratar actores del Reino Unido para interpretar personajes estadounidenses no es nada nueva. No solo amplía las opciones de la industria sino que los actores británicos, que suelen tener una formación teatral más extensa, suelen llevar la imitación de algunos acentos norteamericanos en su arsenal como herramienta laboral indispensable.

¡Huye! constituye un debut ambicioso que entretiene y consigue proponer situaciones de rico contenido metafórico, poblada en todo momento por las ansiedades de fondo que la ocupan. Se nota que Peele, de 37 años cuando filmó esta película, pensó cada detalle y se propuso crear un puzzle donde todo elemento va donde tiene que ir. La película alterna repetidas veces entre planos generales simétricos y acercamientos claustrofóbicos, cambiando paulatinamente los colores de una casa lujosa con jardines perfectos por los matices de un tétrico hogar del sur gótico, aquel mitológico espacio de la cultura y arte estadounidenses donde abundan las casas antiguas de campo, los sauces de frondosos y un sin-número de horrores y fantasmas, algunos de los cuales tienen su origen en los rituales africanos de los esclavos. Aquí hay tal vez unas de las tantas sutilezas que pueden no llegar tanto a las audiencias de otros países, como determinadas palabras del diálogo original y personajes con connotaciones simbólicas propias de su país de origen: el hermano de Rose, a pesar de ser de una familia blanca con mucho dinero, parece físicamente a lo que por allá llaman “hillbilly” (con banjo y todo, objeto de connotaciones siniestras desde La violencia está entre nosotros, de John Boorman), término para describir a personas poco sofisticadas que viven en el campo, o también podría ser un “redneck”, palabra derogatoria que alude a la gente blanca que viven en zonas rurales, comúnmente del sur y políticamente reaccionaria (es decir, con nostalgia de la Confederación, que agrupaba a los estados esclavistas). Como ironía especial, la película fue filmada en Alabama, estado donde los Beatles amenazaron con no tocar durante su tour norteamericano de 1964 porque la mayoría de los estadios no querían renunciar a la segregación del público. A veces, el arte puede más que la crianza.


Título: Get Out / Año: 2017 / Duración: 1h 44min / Presupuesto: US$ 5,000,000 / Director: Jordan Peele / Escritor: Jordan Peele / Elenco principal: Daniel Kaluuya (Chris Washington), Allison Williams (Allison Williams), Catherine Keener (Missy Armitage), Bradley Whitford (Dean Armitage) / Música: Michael Abels / Director de fotografía: Toby Oliver / Editor: Gregory Plotkin / Productoras: Blumhouse Productions, Monkeypaw Productions, QC Entertainment / Productores: Jason Blum, Jeanette Brill, Marcei A. Brown, Phillip Dawe, Gerard DiNardi, Edward H. Hamm Jr., Raymond Mansfield, Sean McKittrick, Jordan Peele, Shaun Redick, Couper Samuelson, Beatriz Sequeira, Jason Sokoloff / Cámara: Arri Alexa Mini / Estreno en Uruguay: 18/05/17

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