Hoy Martes 12, a partir de las 19: 45, se exhibirán en el Teatro Solis una serie de cortos, tanto nacionales como extranjeros, enmarcados dentro de las actividades por el mes de la Diversidad. Se trata de un evento para mayores de 18 años y con entrada gratuita.
Uno de los trabajos más interesantes dentro del programa es Refugee’s Welcome (2017), nuevo corto de Bruce LaBruce, el director de The Raspeberry Reich (2004), Otto: or up with dead people (2008) y Gerontophilia (2014), encargado de la apertura de la muestra. LaBruce (nacido en Ontario, Canada, en 1964) es de los pocos realizadores surgidos durante la ola del New Queer Cinema de principios de los 90s que ha resistido firmemente a ser metido dentro del sistema hollywoodense. Sus mejores películas tienen una estética punk, guerrillera, utilizan escenas de sexo real, trabajan diferentes niveles de sátira política y social, y pueden utilizar recursos de panfleto marxista, de una escritura agitadora, poco sutil pero efectiva. Refugee’s Welcome es su último trabajo, y trata sobre la reciente ola inmigratoria a Alemania, narrado la historia de un refugiado sirio al que un joven checo logra salvar la vida tras una agresión a cargo de cinco neo-nazis.
Le sigue dentro del programa Dominicanas, de Mayra Da Silva, corto documental que también trata sobre la experiencia inmigratoria, esta vez de mujeres dominicanas en el Uruguay. Luego se exhibiriá, La Grieta, de Victoria Giménez, corto argentino ya exhibido en el Tenemos Que Ver, sobre Clara, una chica que debe lidiar con las consecuencias psicológicas de un abuso y que pone en foco a mujeres en situaciones de pobreza extrema. Le sigue El caso de la mujer que aparece muerta muchas veces de Nicolás Botana, policial de pueblo chico con trasfondo de violencia de género, y por último, Zulema, de Angel Molina, sobre la vida de mujeres trans en Paraguay, cedido gracias al ciclo de cortos GLBTI de Guayaquil.
Tras una charla con los realizadores de los cortos seguirá el segundo programa de cortos, el cual incluye La Manzana, de Marcos Berger, prolífico realizador argentino, que suele tratar temas de deseo homosexual no declarado e incurre en cierta fetichización del cuerpo del chongo hetero (o hetero bicurioso). Estas eran las características de varios de sus largos, como Plan B (2009), Hawaii (2013) y Taekwondo (2016), especies de thrillers homoeróticos, cuya tensión radica en la posibilidad nunca del todo concretada de que sus protagonistas finalmente concreten y no en un misterio agathacristiano. En La Manzana, Berger construye un triángulo entre un chico, su hermana y la novia del chico, en un tono onírico que probablemente lo aleje del tono y el tema con el cual es más conocido. El segundo bloque se completa con Yerbabuena, de Estafanía Cortés, descripto como “un delgado tratamiento de la falta de contención y afecto en las sociedades contemporáneas”, y Vestido Nuevo, del español Sergi Pérez. El corto de cierre es el excelente La Piscina, de Rocio Llambí.
En su comunicado de prensa, los organizadores de la muestra pusieron el foco sobre el por qué de esta selección: “Vivir en diversidad, convivir en y con ella, nos desafía a cultivar el respeto y la libertad como dos valores imprescindibles para disfrutar y crecer en la diferencia asi como en la coincidencia. Pensar la diversidad desde un ciclo de cortos de cine nos llevó a penar en nuestro tiempo…. Pero también entendimos que para algunas personas es más fácil desarrollarse y vivir en la diversidad que para otras. Sigue siendo más dificíl para las mujeres, pobres, trans, negras, migrantes.
Entonces a medida que fuimos intercambiando sobre la programación se fueron imponendo dos ideas que estructuran los dos bloques de cortos: por una lado, un primer bloque dedicado la diversidad y la vulnerabilidad. Por otro, el segundo, dedicado a la diversidad y los complejos y sutiles mecanismos de negociación de la identidad.
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