Del 30 de junio al 8 de julio se exhibe en la Sala Nelly Goitiño del Sodre el telefilm documental Cartitas, de Polisemia Pictures (Marco Bentancor y Alejandro Rocchi al frente del equipo), su primera incursión tanto por fuera del cortometraje como en el circuito de exhibición comercial. Tierna y divertida en el sentido más auténtico del término, la propuesta pone en el centro a un grupo de escolares y todo lo que tienen para decir acerca de tres historias de amor que los unen. No hay escasez de rostros, actitudes, frases memorables, momentos de especial emoción o comedia, es decir, todo el rango de sentimientos que un niño demuestra con absoluta naturalidad cuando se lo deja ser. El más bello mérito de Cartitas no es tal vez que se haya planteado explorar el amor desde una perspectiva infantil, sino que haya sabido darle el espacio y estructura necesarios a sus sujetos para que brillen con toda su magia frente a la cámara. Entrevistamos a los realizadores acerca de su trabajo en este proyecto y sus siguientes planes.
¿Cómo llegaron a esta escuela y descubrir lo que pasaba entre los alumnos?
A finales del 2013 íbamos a filmar un cortometraje de ficción en Aguas Corrientes y para eso necesitábamos castinear a diferentes niños para los roles de tres personajes en edad escolar. Por esta razón, recurrimos directamente a la escuela del pueblo, para poder contactarlos y convocar. A medida que los casting y los ensayos se sucedían, comenzamos a generar un lindo vínculo con los niños del pueblo.
También ayudó mucho que la ficción que estábamos por filmar, tocaba lateralmente al amor como tema, lo que permitió que ellos, habiendo generado confianza con nosotros, se abrieran y nos contaran, sin tapujos, todas las historias de amor que hoy aparecen en la película.
Sé que fue una filmación de dos, Alejandro operando la fotografía y Marco llevando el equipo de grabación de sonido. ¿Cuánto llevó el proceso y cuáles fueron los mayores desafíos de aquellos días?
El proceso fue muy rápido. Una vez que terminamos de filmar la ficción, nos quedaron retumbando todas aquellas historias que habíamos escuchado en los casting. Sabíamos que podíamos hacer una linda película con ese material. Como físicamente estábamos fundidos, nos tomamos dos días para recuperarnos del trajín del rodaje y fue en ese momento en que decidimos filmar el documental.
Quedaban poco menos de dos semanas para que terminasen las clases, por eso teníamos que actuar muy rápido, en una dinámica casi que de maratón. Lo primero fue castinear a toda la escuela. Nos dividimos cuarenta niños para cada uno y los entrevistamos a todos el mismo día. Después visionamos todas las entrevistas y seleccionamos las historias. Una vez hecho esto, nos tomamos un par de días para planificar el rodaje y decantar algunas decisiones de dirección y puesta en escena, que nos pareció prudente llevar resueltas desde el vamos.
Es decir, teníamos la sensación de que nos quedaban muchas cosas por descubrir respecto a los personajes y sus historias, y sabíamos que iba a ser un proceso de exploración, pero queríamos tener en claro las reglas y los recursos formales desde los cuales retrataríamos -estrictamente a nivel cinematográfico- las distintas situaciones que conformarían la película.
Cartitas tiene momentos en los que se complementa el mero registro de la realidad con secuencias que representan situaciones descritas por los niños. A su vez, ellos se desenvuelven frente a la cámara de una forma tan divertida y natural que da la impresión de que ustedes simplemente prendieron la cámara y dejaron que hablen. ¿En qué consistió, básicamente, su proceso de dirección en un contexto como este?
Creemos que el proceso del rodaje de la ficción fue esencial para romper el hielo y que ellos naturalicen el dispositivo cinematográfico. Las primeras veces éramos “los del cine” que llegaban al pueblo, como intrusos. Luego, con el paso de los meses, ya se acostumbraron a nosotros, a la presencia de la cámara y del micrófono flotando sobre ellos.
Generamos una relación muy fuerte y cercana durante ese tiempo. Cuando quisimos acordar, llegó un punto en que ni bien llegábamos a la escuela, nos recibían con abrazos y sonrisas. En esas tardes, nosotros casi que éramos dos niños más, jugando y conversando a la par.
Creemos que esa confianza es el diferencial que tiene la película. Ellos no nos vieron como extranjeros a sus dinámicas, ni sintieron el peso de la cámara mirándolos de cerca; por el contrario, la usaron como a una confidente, permitiéndonos entrar profundamente en sus sentimientos y reflexiones.
¿Qué desafíos presentó la postproducción?
Una vez filmada la película, nos propusimos concursar por el fondo de finalización de Montevideo Socio Audiovisual. Para esto, debíamos presentar veinticinco minutos de película. Nos gustó tanto esa versión que se nos ocurrió pulirla hasta hacerla durar veinte minutos. De esa forma nació la versión de cortometraje de Cartitas, con la que ganamos el San Diego Latino Film Festival (USA) y el Festival de Cine de Montevideo.
Además, terminamos obteniendo el objetivo principal, que era ganar el fondo de finalización a TeleFilm de Montevideo Socio Audiovisual. Gracias a este apoyo y al trabajo increíble que siempre ha hecho nuestro equipo, fue que pudimos lograr el resultado que hoy puede verse en el cine.
¿La idea de hacer un telefilm documental se les ocurrió durante la filmación o apareció más adelante en el proceso?
Nosotros filmamos la película sin plantearnos demasiado estas cuestiones respecto a formatos y duraciones. Una vez que terminamos la película, habiendo alcanzado un bruto de doce horas, nos dimos cuenta que había material suficiente para hacer un telefilm de 50 minutos. En consecuencia, hicimos la postulación al fondo de Montevideo Socio Audiovisual.
Este es su primer estreno y preparación de una película para exhibición. ¿Qué no esperaban encontrarse en el camino?
En realidad, contrariamente a lo que uno podría pensar, todo el proceso para que Cartitas llegase al cine fue muy rápido y fácil. Nosotros tuvimos la iniciativa de proponerlo y Gabriel Massa, encargado de la exhibición del Sodre, gestionó todo de una forma muy ágil y efectiva. La película tuvo su pre-estreno poco más de un mes después de nuestra primera reunión con él. Por lo que no podríamos hablar de inconvenientes y sorpresas negativas. Todo lo contrario.
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¿Cuáles son sus anécdotas favoritas relacionadas a la película?
Creemos que todo el proceso de rodaje de Cartitas fue una gran anécdota en sí misma. Nosotros nos divertimos muchísimo durante toda la filmación. Particularmente, hay un momento en la película, cuando todos los niños corren detrás de Potongo para que escuche las palabras de amor de Milagro, nosotros nos sentimos dos niños más, corriendo junto a ellos y riéndonos a carcajadas. El rodaje en su totalidad, nos conectó sensiblemente con nuestra infancia y, justamente, fue ese sentimiento el que nos propusimos transmitir en la película. El proceso de rodaje, nos reencontró con los niños que fuimos, porque Cartitas es una película que escucha a los niños, les permite reflexionar y expresarse e hicimos eco con nuestra manera de pensar y de ser de niños, ya muy cambiada por el tiempo y quizás, olvidada. La película nos permitió volver a abrir esa ventana y eso es también lo que pasa en la experiencia de los espectadores.
Ahora que recibieron el premio FONA para producir el segundo documental que estaban preparando, Mirada, ¿alguna vez se imaginaron que sus primeros esfuerzos largos iban a ser documentales?
Si bien tenemos más recorrido en la ficción, hemos filmado también cortos documentales. Aunque suene muy escuchado, a nosotros nos interesa y nos gusta contar historias que nos gustan, más allá de los géneros, por lo que no es algo que nos detengamos a pensar.
Actualmente, tenemos cuatro largometrajes en búsqueda de financiamiento, dos documentales y dos ficciones, los cuales siguen creciendo y mejorando. Todos ellos tienen distintas características y requerimientos a la hora de pensar en filmarlos. Estas cuestiones se traducen en tiempo, en plazos más cortos o más largos, que esto si es algo que tenemos en cuenta a la hora de escribir un proyecto. Más allá de nuestros proyectos que sabemos más complejos, nos gusta generar proyectos que puedan hacerse realidad en periodos de tiempo más cortos, de acuerdo a sus requerimientos de producción.
Hoy en día, Mirada comenzó su camino de financiamiento gracias al premio que el FONA decidió otorgarnos, significando algo muy importante para nosotros, lo cual nos impulsa a procurar conseguir los fondos que nos restan para concluir el proceso de búsqueda de financiamiento.
¿Qué planes tienen para Cartitas?
Con este estreno Cartitas empezó su camino de exhibición. La película está siendo representada por Austral Films, una distribuidora argentina que nos representa globalmente. Por lo tanto, la distribución de la película está en sus manos.
Con respecto a la historia y a los personajes que componen Cartitas, tenemos como objetivo hacer un gran retrato de sus vidas a lo largo de los años. Primeramente, filmaríamos una segunda parte, retratando la adolescencia de aquellos niños. Por último, haremos una tercera película dentro de diez, quince años, y una cuarta dentro de treinta.