A raíz de la 1° muestra de cine político que se realizó el jueves 21 de septiembre, les dejamos un repaso de las actividades y objetivos del colectivo Memorias Magnéticas para comprender qué está sucediendo a nivel de patrimonio fílmico, quiénes se encargan de ello y por qué es importante cuidar nuestras imágenes.
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El colectivo no tiene más de un año de vida, y desde ese entonces han restaurado una película realizada en video, y han acompañado la digitalización de cuatro películas en nitrato. Ayer se proyectaron tres de esas cuatro: La bandera que levantamos (1971), Me gustan los estudiantes (1969) y En la selva hay mucho por hacer (1974). Vienen cumpliendo lo que se propusieron desde el vamos: restaurar y difundir las producciones audiovisuales del pasado. Aunque tienen cierto foco en lo que sería la producción magnética, no es el único soporte al que prestan atención. Lo magnético fue lo que los convocó en primer lugar, pero también se interesan por soportes como la celulosa o nitratos.
Memorias Magnéticas está formado por Isabel Wschebor, Ricardo Pereira, Juan Platero, Laura Amaya y Noelia Torres. Se conocieron en un curso dictado por Wschebor en la Facultad de Comunicación e Información (FIC) titulado “¿El cine como fuente o como discurso sobre el pasado? Miradas sobre la dictadura desde la producción cinematográfica (1985-2015)”. La preocupación por la falta de difusión y políticas públicas con respecto a los materiales producidos durante la época de represión los llevó a unir esfuerzos. “No podíamos creer que los esfuerzos de grupos como Gesta o el propio Archivo General de la Universidad (AGU) no tuvieran suficiente eco en la sociedad, porque al final es nuestra historia” dice Amaya. Se presentó la necesidad de crear una iniciativa que cuidara y debatiera sobre las imágenes del pasado, que se preocupara por sus condiciones y buscara un espacio para su exhibición. Su objetivo es que la sociedad tome contacto con el cine que se ha hecho en el pasado, que sirva de reflejo y que nos permita debatir temas de la actualidad. Salvaguardarlo y recordarlo son actividades fundamentales para tener una visión más completa sobre la historia, la política y el cine de nuestro país.
En el camino de la difusión de estas películas, encontraron que también es fundamental hablar sobre la preservación en sí: “entendemos que todavía no hay definiciones claras sobre la preservación de las películas y hay una urgencia en este aspecto porque corremos el riesgo de perder parte de nuestra historia fílmica”. Memorias Magnéticas quiere darle voz a esos cines que, justamente, quedaron en el pasado y que corren el riesgo de ser olvidados.
Su inauguración como colectivo se dio con la proyección de la película de Esteban Schroeder, El cordón de la vereda (1987), producida por el CEMA. La película fue digitalizada y restaurada debido a que la cinta había sufrido fuertes variaciones de color. Fue en el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC), donde la proyección justo coincidía con el cierre de la muestra “Nosotros y el cine”. Hubo un conversatorio con el director y el entrevistador de la película luego de la proyección. El lanzamiento del colectivo también coincidió con la publicación de CEMA: archivo, video y restauración democrática, libro que recopila artículos de diversos investigadores uruguayos acerca de la producción de ese período, su recepción e impacto.
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El inicio del colectivo también coincidió con que el Laboratorio de Preservación Audiovisual (LAPA) comenzó a construir un escáner para digitalizar fílmicos en 2k, con un sistema cuadro por cuadro. La construcción de ese escáner estuvo a cargo de la gente del LAPA, de AGU, Jaime Vázquez e Ignacio Seimanas. Fue un proceso intrincado que consistió en adecuar las piezas del escáner con el fin de conseguir una máquina con las características necesarias para digitalizar materiales tan delicados. La primer obra que digitalizaron fue Eclipse solar (1938) a inicios de este año, proceso que sería registrado y acompañado por Memorias Magnéticas. Con este escáner, las producciones audiovisuales, las cuales muchas están en peligro de extinción, pueden ser digitalizadas y preservadas para la posteridad.
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Ayer estuvieron a cargo de la gestión de la proyección, y registro de la digitalización de los cortometrajes de Mario Jacob, Mario Handler, Walter Achugar y Walter Tournier, integrantes de la Cinemateca del Tercer Mundo. Digitalizar las obras fue todo un proceso tanto con el material como con los realizadores, quienes les abrieron las puertas de sus casas a los integrantes del colectivo. El objetivo de la muestra va por el mismo carril que sus actividades anteriores: cuidar las imágenes del pasado y debatir sobre ellas, ver su contexto de producción y qué reflejo nos devuelven de nuestro presente. Esta muestra busca generar esos espacios de debate y de respeto para las obras. En una carpa atiborrada de gente, sobre 18 de julio y con lluvia, proyectaron los tres cortometrajes más materiales encontrados de películas como Elecciones (1967) de Mario Handler y Ugo Ulive, y extractos del registro de una manifestación estudiantil titulada El entierro de la Universidad.
“Nos hemos ido dando en el hacer; iniciativas y proyectos no nos faltan” dice Amaya. A futuro tienen la restauración y digitalización de cintas conservadas en el Museo de la Memoria. Este proyecto tiene un enfoque muy educativo, porque paralelamente se darán talleres con adolescentes y proyecciones con cine foros. El proyecto quedó seleccionado por la Extensión de UdelaR y se llevará a cabo en el plazo de un año. Al igual que los proyectos anteriores, se dará en colaboración con LAPA, la FIC, Jaime Vázquez e Ignacio Seimanas (técnicos a cargo del escáner ubicado en LAPA).
Siendo un grupo muy heterogéneo con intereses diversos pero uno en común, Memorias Magnéticas se preocupa por la materialidad del cine porque al fin y al cabo es el sustrato sin el cual no habría imágenes para ver. “El patrimonio audiovisual, en todos sus soportes, es significativamente inestable. Si no lo cuidamos y lo transferimos, no habrá más cine del pasado en el futuro”. A la pregunta: ¿a qué te dedicas aparte de esto?, los integrantes contestaron lo siguiente:
Isabel Wschebor: “A disfrutar de mis hijos que están en una edad espectacular.”
Juan Platero: “A hacer cine.”
Noelia Torres: “A estudiar y trabajar en múltiples cosas, a compartir con la familia y los amigos, y cuando se puede a dormir.”
Laura Amaya: “A observar y crear historias.”
Ricardo Pereira: “A ser padre hace seis meses, además de ser arquitecto en las horas libres.”