A partir de este viernes 21, El Sereno (2017) podrá verse en Cinemateca Pocitos. Una apuesta nacional de género, un “thriller psicológico”, protagonizado por Gastón Pauls y César Troncoso, co-escrita por Federico Roca y Oscar Estévez y co-dirigida por el propio Estévez y Juacko Mauad. Publicamos dos críticas (que pueden leer acá y acá), pero no hay otra manera de formarse una opinión sobre una película que yendo a verla. Para los que no llegaron a salas comerciales (o para los que no les daba la plata), esta es la oportunidad.
Con motivo de este reestreno, enmendamos una pendiente: nuestra entrevista a los directores repasando aspectos de la escritura y la realización de la forma más minuciosa posible. Este fue nuestro intercambio con ellos.
por Juan Andrés Belo y Federico Casal
A la hora de escribir un guión, ¿qué ventajas y desventajas implicó contar con la locación desde un primer momento?
Federico: Ventajas muchas, desventajas, pocas. La ventaja principal es que de alguna manera uno sabía cuál era el límite, y eso mismo es la desventaja: tener un límite. Nos obligó a afinar la creatividad para sacar el mayor partido posible de la locación, los espacios, lo que había en los espacios, las entradas, las salidas.
Juacko: Como dice Fede, son más ventajas que desventajas pero me parece que esto es un poco relativo y depende del proyecto en el que estamos embarcados. En este caso, la locación era realmente impresionante y aportó muchísimo a la historia. El hecho de filmar todo en una sola locación soluciona una cantidad de cosas de logística y producción. Es verdad que te limita un poco el proceso creativo porque hay un montón de cosas que ya están establecidas y tenes que adaptarte a eso.
Parece una historia con muchos elementos personales: ¿qué cosas tiene la película de su forma de ver el mundo y sus propias vidas?
Federico: Bueno, la historia en sí misma es de Oscar. Es claro que al sumarme a la escritura del guión hice mi aporte, y, de hecho, unas cuantas cosas cambiaron en la historia o en cómo iba a ser contada por mi participación. Vengo de una familia con profuso historial de adicciones y enfermedades psiquiátricas como, por ejemplo, la depresión. El depresivo vive en círculos, como Fernando, el protagonista de la película. No creo que haya sido algo consciente el empleo de mi historia familiar, pero, sin duda, me puedo sentir identificado con muchas cosas que le ocurren a Fernando y a su entorno.
Oscar: Es la primera vez que voy a decir esto porque nunca me lo preguntaron, pero a nivel personal la película tiene que ver con la muerte de mi viejo. Para mi fue un ejercicio o una catarsis pensar en sus últimos días, en sus vínculos y sus cosas sin resolver, dando vueltas por su cabeza. Si bien era un escenario bien distinto al de Fernando, era igual de triste y solitario. Gastón también aportó mucho a nivel personal, cuando estaba pensando en la historia, él me contó sobre sus infiernos y muchos de ellos aparecen reflejados en la película.
Juacko: El vínculo más personal que tengo con la película es sin duda el depósito, un espacio que recorrí miles de veces desde que era niño y lo despedí filmando El Sereno. Haber inmortalizado el lugar en esta película significa mucho para mi.
A Oscar… ¿Qué cosas te interesan de las películas que ocurren en espacios cerrados, con una frontera borrosa entre la realidad y el mundo interior-onírico de tus personajes?
Oscar: Me gusta la no literalidad de las cosas, y es un gran desafío, sobre todo en El Sereno, trabajar los símbolos y las metáforas. Los lugares encerrados no me gustan, supongo que tiene que ver un poco con mis miedos de la infancia, el encierro y la falta de luz. Muchas veces es a lo que recurro a la hora de escribir, a mis miedos más básicos.
¿Podrían describirnos el proceso de escritura…? ¿Cómo surgieron las ideas, cómo era una jornada de trabajo, cuánto tiempo llevó?
Oscar: La idea surgió al ver la locación y, en un principio, al hacer un análisis frío de cómo se podía contar una historia en el tiempo que teníamos, se me ocurrió lo de una historia “circular”, donde las cosas ocurrieran más de una vez, pero sumando cambios. A partir de eso, la primera referencia que tuve en cuenta fue “La divina comedia”, de Dante Alighieri, concretamente el infierno. Se trata de una persona atormentada por su propia historia y sus vínculos no resueltos. Fernando es, de pronto, un espectador más de su propia historia.
Federico: Yo me estaba mudando a Colonia, así que mi vida era un poco un caos. Trabajábamos vía skype, que es algo que Oscar y yo siempre hacemos, es parte de nuestro ritual. Incluso viviendo en Montevideo, trabajábamos por skype. Nos gusta eso. Y se trabajaba lo que se podía. Oscar estaba dando clases, así que “escaleteábamos” juntos, después yo guionaba, en el siguiente encuentro corregíamos, y así. Hubo una primera versión que compartimos con Juacko, que estuvo muy cerca durante todo el proceso creativo, Lucía, la productora, Gastón, Álvaro… todos hicieron sus aportes y la peli creció bastante. Hubo una primera lectura con el elenco y las cabezas de equipo, luego de la cual cambiaron algunas cosas, e incluso algunas cambiaron mientras se rodaba, así que yo trabajaba en el guión mientras Oscar y Juacko filmaban la peli. Siempre contra reloj. No sé si hubo un momento en el que trabajáramos con calma. Debe haber, fácil, tres versiones del guión, y múltiples versiones de algunas escenas.
¿Cuál fue tu primera reacción ante el guión, Juacko? ¿Propusiste modificaciones?
Juacko: En realidad mi primera reacción fue ante el argumento. Un par de días después de que Oscar haya visto la locación principal, me envió una sinopsis corta donde ya se veía reflejada la historia y el conflicto principal del personaje, me gustó mucho. A partir de ahí fui aportando algunas cosas que se me ocurrieron. A medida que Fede y Oscar avanzaban con el guión, me iban enviando escaletas (descripción de las escenas) de la película. Cuando leí la primera versión del guión ya estaba bastante familiarizado porque venía siguiendo el proceso de escritura. Me gustó que respetaron una cantidad de cosas que estaban establecidas desde el principio y que estaban abiertos a mis aportes como a los aportes de Gastón y otras personas del equipo. Mis aportes principales eran sobre todo detalles de la historia, actitudes del personaje principal donde se reflejaba su personalidad y su pasado y elementos que ayudaban a construir la atmósfera en la que está planteada la película.
Iban contrareloj porque el lugar iba a ser demolido… ¿Cómo fue el trabajo con el equipo en la pre-producción y en qué consistió?
Juacko: Muy rápido.
Oscar: Íbamos pre-produciendo a medida que avanzábamos con las versiones del guión. Como dijimos antes, el contar con la locación desde un principio nos solucionó muchas cosas.
¿Cómo y entre quienes desarrollaron el storyboard y la puesta en planos?
Oscar: No hicimos storyboard, sacamos fotos.
Juacko: Visitamos la locación todos los días durante tres semanas antes del rodaje. Junto con Diego Pavese, el director de fotografía, “foteamos” todo el lugar y fuimos pensando los valores de plano de las escenas que ya estaban definidas.
¿Cómo fue que Gastón Pauls se unió al proyecto?
Oscar: Yo ya lo conocía de antes, lo había entrevistado para un documental. Él vino a Montevideo y le hablé sobre el proyecto que recién estaba arrancando. Cuando le comenté la historia, él se abrió y me contó una cantidad de cosas que lo atormentaron en un momento de su vida y que claramente podían vincularse a la historia de este sereno. En definitiva, siento que fue Gastón, al principio de manera inconsciente y después de manera consciente, el que eligió El Sereno, para exorcizar algunos demonios. Era algo que se tenia que dar.
¿Cuáles fueron las principales ventajas de dirigir a dúo? ¿Cómo se dividieron los roles?
Juacko: Para mi fue una experiencia nueva. Me parece que la ventaja principal fue que nos complementamos muy bien, sobre todo en el rodaje. Antes de filmar nos pusimos de acuerdo en muchas cosas, desde los movimientos de cámara hasta la construcción de los personajes, para después funcionar de manera ágil y dinámica cuando estemos filmando. Obviamente que hubo momentos de discusiones y cosas que no nos pusimos de acuerdo, en algunos casos hasta consultamos con otras personas para desempatar. Pero en general respetamos la decisión del otro siempre en pro de la película.
Oscar: En el rodaje Juacko estaba más pendiente de la preparación de la escena desde el punto de vista técnico y yo estaba más con los actores. Pero cuando tirábamos la toma los dos opinábamos y le dábamos el ok. Nos ayudó mucho el trabajo previo que hicimos con Diego Pavese porque al llegar al rodaje ya sabíamos lo queríamos, conocíamos mucho la locación y de esa forma actuamos rápidamente a la hora de tomar una decisión. Obviamente hubo cosas que se improvisaron, y se modificaron en pleno de rodaje, pero esa es un poco la magia de hacer cine.
¿Qué cosas que están en la película no estaban en el guión?
Juacko: Algunas frases textuales de la Divina Comedia que agregamos en el montaje para reforzar el sentido de una escena puntual.
Oscar: La secuencia inicial de los títulos, la conversación teléfonica y los planos del depósito los filmamos después. Hay algunas escenas que estaban en el guión y que hasta llegamos a filmarlas, pero no están en la película.
¿Cuál es su momento favorito de la película?
Oscar: A nivel de realización, para ambos, es la escena de las rejas y las manos. A nivel anecdótico, esa escena se ensayo una semana antes de ser filmada, con buena parte de los extras que posteriormente participaron, pero sin la presencia de Gastón que estaba en Buenos Aires. Sabíamos de su complejidad y queríamos tener claro como la íbamos a filmar. La escena estaba precedida por un hermoso plano secuencia de 8 minutos, con Fernando recorriendo una parte de la locación que prácticamente no se ve en el resto de la peli. En una difícil decisión de montaje, ese plano se cortó. Dentro de la película tenemos varios momentos favoritos.
¿Qué consejos le darían a alguien que esté por dirigir su primera película?
Oscar: Partir de la base que los actores y el equipo te van a sumar, si bien el director es el que tiene la idea “clara” de cómo contar la historia, tiene que estar abierto al talento y al oficio de los demás.
Juacko: Eso, confiar en uno mismo pero sobre todo confiar en el equipo y los actores, es importante elegir con quien querés trabajar y porqué. También hay que ser consciente que no va a salir todo como está planeado, el proceso de un largometraje está lleno de imprevistos y hay que saber cómo actuar frente a ellos, es parte de eso. Leí una entrevista a Bertolucci donde dice: “Hay que saber dejar la puerta abierta para que suceda la magia”, es algo que siempre tengo en cuenta.
¿Próximos proyectos?
Federico: Bueno, con Oscar andamos siempre en algo. Ahora estamos pensando en contar una historia basada en hechos reales, que tiene que ver con el encierro, pero en un plano más realista y, si se quiere, en un tono cercano a la comedia. Se desarrolla en una cárcel. Tengo además varios estrenos de teatro para este año.
Oscar:En este momento estoy en la pre de otra película, muy contento, es un gran desafío, esta vez voy a dirigir solo. Es una comedia romántica. En principio, el grueso del rodaje esta previsto para mediados de este año.
Juacko: Yo en este momento estoy con un proyecto teatro que tiene mucha presencia audiovisual, estrenamos a fines de mayo. En cine estoy con dos proyectos de ficción en desarrollo, el que voy a filmar primero es una comedia dramática en formato roadmovie con fecha de rodaje pensada a fines de este año. El otro es una adaptación de un cuento, una película de época un poco más cara y compleja.
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