Ayer sábado 12 de octubre ocurrió la apertura del 12° Festival de Cine Nuevo “Detour”. Este año, el festival se enmarca en el concepto de “alquimia” que referencia la relación entre las 12 etapas de la alquimia y las 12 ediciones del festival; simbolizando la transformación y la creatividad que emanan de una nueva generación de cineastas.
La velada comenzó con la proyección de dos videoclips fuera de concurso: El primero fue Ismael de Eté y los Problems (2024, Lucía Garibaldi, Germán Luongo, Matías Ganz y Ernesto Tabárez), que expone un viaje nocturno por las entrañas de Ciudad Vieja. El segundo fue No tengo nombre de Franny Glass (2024, Diego “Parker” Fernández), que recopila fragmentos de diferentes películas clásicas (Taxi Driver, El resplandor, Psicosis e incluso la uruguaya Whisky, entre otras) intercambiando la cara de los personajes por la del cantante Gonzalo Deniz (Franny Glass) mediante tecnología deepfake.
El momento más nostálgico de la ceremonia fue la proyección de una remasterización del icónico Ataque de pánico!¸el cortometraje que llevó a Fede Álvarez a Hollywood. Para la mayoría fue volver a ver un corto que habíamos visto en su momento y que hace muchos años no revisitábamos.
La programación continuó con La troisième dimension de l’impact de Valentin Devriès, un cortometraje galardonado con el premio del festival CLERMONT-ISFF 2024. Este trabajo resaltó la creciente colaboración entre el Detour y el Clermont-Ferrand. Durante la apertura, el embajador de Francia destacó el apoyo renovado de su embajada al festival y subrayó la importancia de fortalecer los lazos culturales entre ambos eventos. Esta conexión se refleja en la reciprocidad de la programación: así como se presentó el ganador del último Clermont en el Detour, el ganador de la sección oficial del Detour será exhibido en la próxima edición del Clermont-Ferrand.
El cierre de la noche fue la proyección de Ni siquiera las flores, la nueva película de Mariana Viñoles. Este largometraje documental se adentra en la vida cotidiana durante el aislamiento ocasionado por el COVID-19, presentado a través de la mirada observacional de la directora desde su ventana. Con una volqueta de basura como punto focal, Viñoles invita a los espectadores a reflexionar sobre la belleza y complejidad de la vida diaria. La película capta la realidad con una autenticidad cruda, mostrando tanto el mundo exterior como los conflictos internos en su hogar durante la pandemia. La yuxtaposición entre la imagen y el sonido crea una atmósfera íntima que conecta a la audiencia con las emociones de la directora y su familia. Pronto, en Revista FILM, publicaremos una nota profundizando sobre la película.
Con esta apertura, el 12° Festival de Cine Nuevo Detour celebra la diversidad de voces y visiones que enriquecen el panorama cinematográfico. El festival no solo invita a disfrutar del cine, sino también a reflexionar sobre la realidad social a través del arte.
La alquimia cinematográfica se respira en cada rincón de este festival, que promete seguir sorprendiendo y emocionando a lo largo de sus jornadas. ¡Nos vemos en las salas!